UN SANTO TRISTE ES UN TRISTE SANTO

Se atribuye a Santa Teresa el dicho:

"Un santo triste es un triste santo".

En ella era incompatible la tristeza neurótica y la abierta santidad. Informaba una de sus monjas: "Ha oído decir que era muy discreta y alegre y enemiga de santidades tristes y encapotadas, sino que fuesen los espíritus alegres con el Señor; y por esta causa reñía a sus monjas si andaban tristes y les decía que mientras les durase la alegría le duraría el espíritu". (1)  Refiere el cronista: "Hizo nuestra M. Sta. Teresa en Medina en una fiesta ciertas coplillas espirituales, para que cantasen las hermanas y se recreasen después en vísperas. Habiéndose juntado todas, dijo la hermana Alberta: ¿Ahora nos llaman para cantar? ¡Mejor fuera para contemplar!  Oyólo la Santa, y volviéndose a ella con rostro severo le dio una buena reprensión, enseñándole que aquello no era afecto de contemplar, sino de resistir a la obediencia, de señalarse por más espiritual, de no conocer su necesidad y flaqueza; y al fin, después de haberla humillado bastantemente, la mandó recoger en la celda que servía como de cárcel, por indigna de gozar de la compañía de las obedientes y humildes". (2)

Podríamos incluir la leyenda reseñada por Otilio de que en cierta ocasión visitó la Madre un convento donde la priora había prohibido contar chistes, so pretexto de evitar actos de amor propio. La Santa se llevó las manos a la cabeza, diciendo: "¡Dios mío, a adónde hemos llegado, que no nos basta ser tontos por naturaleza, sino que aspiramos a serlo por gracia!".(3)

(1) MARÍA DE LA ENCARNACIÓN, Proc. Madrid 1595, a.2.

(2) FRANCISCO DE SANTA MARÍA, Reforma de Descalzos,1,6, c.20.

(3) OTILIO, I.1 c., 35

La Herencia Teresiana

Fray Efrén J.M. Montalva

En la foto Fray Saverio Cannistrà del Sagrado Corazón, Prepósito General de la Orden del Carmelo Teresiano y Madres Carmelitas Descalzas de Tierra Santa.