jueves, 17 de septiembre de 2009

Poesía carmelitana siglo XVII

Escribe María de San Alberto, acerca de la Noche oscura del alma:

¡Oh dulce noche oscura,
que no pones tiniebla tenebrosa,
más antes tu espesura,
cuan ciega es deleitosa,
y cuanto más oscura más hermosa.

Divinas negaciones,
dichosa oscuridad, dulce sosiego,
secretas invenciones;
dichoso el que está ciego
en tanta claridad, dichoso entrego.

Negándose a sí  mismo,
por no negar Aquél que nunca niega,
entré en el dulce abismo
de aquella noche ciega
donde halla viva luz el que se entrega.


María de San Alberto, ocd

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