jueves, 23 de junio de 2011

I PARTE. PEDAGOGÍA PARA LA RELACIÓN


Hablar de Teresa de Jesús es descubrir a una mujer que supo relacionarse y educarse desde el amor.
Todo lo que Teresa de Jesús en su pedagogía está centrada en desarrollar la capacidad que el hombre tiene para el amor. Todo el camino de la interioridad, de tocar el centro y vivir en él, es para centrar la vida en Dios. El hombre, morada de Dios, es donde sale de sí para el amor, el trato y la relación. El amor es el que aquilata la vida entera del hombre y lo hace libre.
En los procesos de canonización se reconoce que es una mujer rica en relaciones interpersonales. Que es una mujer que no le provocan nada las cosas, ni siquiera las practicas de piedad. Ella se percibe, así misma, rica en cualidades humanas. Percibe lo que tiene y con se expresa con una gran capacidad de vivir en comunidad. Por eso, tenía claro el objetivo en su vida.
En el Libro de la Vida (1,4) manifiesta su primera confesión en donde se puede deducir afirmaciones que expresa su realidad humana (desde pequeña hasta los 67 años) era muy querida. Es una primera confirmación que Teresa es consciente: el ser querida. Igualmente reconoce el amor de su hermana y cuñado . No se conforma con decir que era querida, sino que se sentía amada y amaba era extremo el amor que me tenían. Es necesario descubrir la calidad no la cantidad se su sentirse amada y con capacidad de amar siempre en todas partes lo he tenido. Eso arranca también una capacidad de ella, no sólo para provocar a los demás, sino la invitación para amar.
El ser de Teresa la lleva y la llama a amar. Reflexiona con mucha realidad al redescubrirse amada en su historia. Con la experiencia de Teresa se constata la importancia de asomarnos a nuestra propia historia personal, sea cual sea, y retomar la esencia del amor en nuestra vida. Y desde la experiencia de Teresa podemos verificar que TODOS SOMOS HÁBILES PARA AMAR es una gran afirmación que nos ayuda a descubrir esta capacidad en nuestra vida religiosa. Si lo hago así, podré tener más habilidad para amar en nuestra vida.

Tomado de la pág. Santa Teresa de Jesús . FB

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