jueves, 26 de noviembre de 2009

Por el mar de la vida



Por la nada he de ir a nado,
que es un mar muy sosegado,
que aun minado se halla el oro,
de la perfección tesoro,
que es hoy de pocos buscado.

Si tengo alguna afición,
ella me basta a impedir,
pues me prenda el corazón:
quiérome pues despedir
de todas sin remisión.

Morir tengo a todas ellas,
pues son como unas centellas,
que si no se apagan luego,
vienen a encender tal fuego,
que sube hasta las estrellas.

A oscuras quiero quedarme
y del todo despojarme
de cualquiera luz criada,
pues muy mejor apagada
podré con ella alumbrarme.

Es cosa para admirar,
que para el todo tener,
todo lo he de renunciar,
y para venir a ver,
primero me he de cegar.

Diego de Jesús, ocd. Siglo XVII

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