jueves, 26 de noviembre de 2009

Por el mar de la vida



Por la nada he de ir a nado,
que es un mar muy sosegado,
que aun minado se halla el oro,
de la perfección tesoro,
que es hoy de pocos buscado.

Si tengo alguna afición,
ella me basta a impedir,
pues me prenda el corazón:
quiérome pues despedir
de todas sin remisión.

Morir tengo a todas ellas,
pues son como unas centellas,
que si no se apagan luego,
vienen a encender tal fuego,
que sube hasta las estrellas.

A oscuras quiero quedarme
y del todo despojarme
de cualquiera luz criada,
pues muy mejor apagada
podré con ella alumbrarme.

Es cosa para admirar,
que para el todo tener,
todo lo he de renunciar,
y para venir a ver,
primero me he de cegar.

Diego de Jesús, ocd. Siglo XVII

viernes, 20 de noviembre de 2009

Teresa y la Eucaristía



" Por cierto pienso que si nos llegásemos al Santísimo Sacramento con gran fe y amor, que de una vez bastase para dejarnos ricas, ¿cuánto más de tantas? Sino que no parece sino cumplimiento el llegarnos a Él, y así nos luce tan poco.

¡Oh, miserable mundo que así tienes tapados los ojos de los que viven en ti, que no vean los tesoros con que podrían granjear riquezas perpetuas!"

Teresa de Jesús
Conceptos del amor de Dios, cap. III, 13

lunes, 16 de noviembre de 2009



A la orilla del mar tus pies desnudos
dejaban en la arena tus pisadas,
eran las huellas del sol que iluminaba
la sombra que cubría el mundo nuevo.

A la orilla del mar tu voz llamaba
a un seguimiento rápido y profundo,
a caminar por tu camino por el mundo,
a dejarlo todo atrás dándote el alma.

Eran tus huellas las del sol naciente,
las del camino que lleva al paraíso,
la arena las besaba y en su hechizo
se sintió enamorada de repente.

Eran las huellas de la luz del alba,
las del Amor encarnado en el misterio,
las que libera al hombre en cautiverio
y lo hacen peregrino si se pone en marcha.

Son las huellas de la aurora iluminada
que se levanta anunciando un mundo nuevo,
las que le dieron colorido al cielo
que refleja en su encanto tu mirada.

Huellas que se vuelven, hoy, camino
y camino que conduce a la esperanza,
huellas que se vuelven la confianza
de orientar detrás de Tí nuestro destino.

Escuchar tu voz, seguir tus huellas,
es colocar la vida en tu camino,
volverse, del  infinito, un peregrino
y dibujar tu Rostro en las estrellas.

Y es descubrir que son tan bellas
pues de la luz de tus ojos son reflejo,
me muestran tu belleza en el espejo
que creaste para que te viera.

Desconozco el autor.

Gran noticia!


viernes, 13 de noviembre de 2009

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Conceptos del amor de Dios


Pues nos da licencia, tornemos, hijas, a decir:
"Mi amado a mí, y yo a mi Amado": ¡Vos a mí, Señor! Pues si Vos venís a mí, ¿en qué dudo que puedo mucho serviros? Pues de aquí adelante, Señor, quiérome olvidar de mí, y mirar sólo en que os puedo servir y no tener voluntad sino la vuestra. Más mi querer no es poderoso, Dios mío.
En lo que yo puedo, que es determinarme, desde este punto lo hago para ponerlo por obra.


Teresa de Jesús
Cap. 4,12

lunes, 9 de noviembre de 2009

¡Oh dulce Jesús!



¡Oh, dulce Jesús,

Nuestro bien y gozo!
Dadme vuestra luz,
Mírenme tus ojos.


Jesús me miró
Y yo le miré.
Díjome:”Yo, yo
Por ti moriré”


¡Oh, dulce Jesús,
Nuestro bien y gozo!
Dadme vuestra luz,
Mírenme tus ojos.



Ana de San Bartolomé ocd


sábado, 7 de noviembre de 2009

Cántico alegórico




Los cedros tienen más ardor, apenas
ha entrado por los bosques el Amado.
Viene henchido de estambres de azucenas,
con el hombro de pájaros cansados
y con las sienes y las manos llenas
de resinas, de lirios y de prados.
Amado fiel, por donde pasas, dejas
un reguero de rosas y de abejas.

Las yerbas que no ven que tú pisas,
te han confundido con un ciervo, Amado...
Entrémonos en la espesura. Como no avisas
no tengo más albergue que este prado,
pero tú, que si quieres improvisas
una siembra de trigo y un brazado
de amapolas y heno para el cuello,
ven a tenderte sobre mi cabello.

Manuel Alonso Alcalde
basado en "Cántico Espiritual" de San Juan de la Cruz

lunes, 2 de noviembre de 2009

El Maestro




" Porque cuando digo "credo", razón me parece será que entienda y sepa lo que creo; y cuando "Padre nuestro", amor será entender quién es este Padre nuestro y quién es el maestro que nos enseñó esta oración.

Si queréis decir que ya os lo sabéis y que no hay para qué se os acuerde, no tenéis razón; que mucho va de maestro a maestro, pues aun de los que acá nos enseñan es gran desgracia no nos acordar; en especial, si son santos y son maestros del alma, es imposible, si somos buenos discípulos.

Pues de tal maestro como quien nos enseñó esta oración y con tanto amor y deseo que nos aprovechase, nunca Dios quiera que no nos acordemos de Él muchas veces cuando decimos oración, aunque por ser flacos no sean todas."


Camino de Perfección  (24, 2 y 3)
 Teresa de Jesús, carmelita