Juan de la Cruz, espíritu de llama,
oscuridad de la mañana,
cuando se pone el sol por Oriente.
Se ha secado el agua de las fuentes.
Y bebemos en el manantial
la sombra inmóvil de la verdad.
Quema la luna y el sol gira.
El horizonte sangra encina.
Iré hasta tí por el mar duro,
por el blando hielo del mundo,
hasta el lugar donde no estás
a encontrarte en ese lugar.
Juan de la Cruz, espíritu de llama,
mi corazón te piensa y ama.
Vicente Gaos
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