En Valladolid, en casa de doña María de Mendoza, donde residía temporalmente la comunidad de carmelitas descalzas de la Cuarta fundación.
Atestigua Casilda de la Concepción (de Padilla), que entonces era novicia:
"Una mañana de la Calenda, víspera del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, hizo una plática a todo el convento, tan eficaz y maravillosa, que todas a una voz decían que el más docto del mundo y más santo no podía haber dicho las maravillas que a ella le habían oído."
El cronista oficial de la Orden dice que Santa Teresa trató en aquella plática de
"las lágrimas del Niño, la pobreza de la Madre, la dureza del pesebre, el rigor del tiempo, y las descomodidades del portal, con espíritu y fervor tan grande que salieron todas no sólo consoladas y alegres, sino desafiando y llamando a voces los trabajos."
Añade Francisca de Jesús, por entonces joven novicia:
"diciendo una lección, le resplandecía el rostro con más claridad que la vela".
Padre Fray Antonio Jesús Benéitez Domínguez