domingo, 28 de noviembre de 2010

EL AMOR DE MI VIDA

Praga
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¡ MONJA MAL TOCADA, MUJER MAL CASADA !

Viendo la Santa que una novicia vestía con desaliño y se tocaba descuidadamente, la riñó diciendo:
"¡ Monja mal tocada, mujer mal casada !"

En la ideología teresiana las monjas eran en verdad esposas de Cristo.  
El velo es un sacramental de respeto y un signo de consagración a Dios. Había que llevarlo de forma que no fuese signo de vanidad; por otra parte, tan dignamente que diese conciencia del significado místico de consagración al esposo.  El cronista dice que cuando lo trazó deseaba mucho "que fuese decente, honesto y descuidado; y encomendándolo a Dios se fue a comulgar.  Habiéndola instruido nuestro Señor de cómo lo había de trazar, pidió una sábana de lienzo grueso de la ropería, y deshaciéndola cortó un tocado de la suerte que hoy usan sus hijas, sin curiosidad alguna y tan fácil de poner, que con sólo dos alfileres se acomodan". (1)

Del cuidado que del tocado tenía y exigía hay memoria en una nota del convento de Consuegra: "A una religiosa de las que fueron a fundar aquella santa casa, le cosió nuestra Madre el velo con la toca, porque no se tocaba bien, y la dijo que las monjas mal tocadas parecen mujeres mal casadas". (2) 

(1) Francisco de Santa María, Reforma de descalzos, 1. 1, c 52
(2) Memorias Historiales, R, n. 415

La herencia teresiana
P. Efrén J. M. Montalva


jueves, 11 de noviembre de 2010

...HERMOSA, DISCRETA Y SANTA...

Dice la leyenda que una vez se presentó la M. Teresa, llamada por el rey Felipe II, el cual le preguntó: "Madre Teresa, dícenme de vos que sois hermosa, discreta y santa. ¿Qué decís de ello?"  Y que la Santa, sin arrugarse respondió luego: "Señor, le de hermosa, está a la vista; lo de discreta, parece que nos soy tonta; lo de ser santa ¡sólo Dios lo sabe! (1)

La versión directa e histórica la refiere su interlocutor, fray Pedro de la Purificación, durante la fundación de Burgos :  "No sé sobre que cosa que tratábamos de imperfecciones en principiantes a servir a Dios, me dijo una vez: - Sepa, padre, que me loaban de tres cosas temporales, que eran: de discreta, de santa y de hermosa. Las dos creíalas yo y persuadíme que las tenía, y lo que creía era que era discreta y hermosa, que era harta vanidad; mas de que me decían que era buena y santa, siempre entendí que se engañaban, y así nunca tuve que confesarme de consentimiento de tal culpa ni me vino vanagloria de esta alabanza". (2)

Gracián, que también se lo oyó repetidas veces, lo refiere de otra manera:  "Decía que el mundo le había levantado tres testimonios sin algún fundamento: el primero, cuando moza, en decir que era hermosa; cuando oyendo esto se miraba en el espejo, no acababa de atinar por qué le levantaban tan gran mentira. El segundo, de bien entendida, y cuando veía el talento de sus hijas, se avergonzaba en hablar delante de ellas. El tercero, que era buena; y que éste no podía llevar en paciencia cuando conocía sus faltas". (3)

La herencia teresiana
F.Efrén J. M. Montalva