Dícese, según una leyenda divulgada por René Bazín, que la Santa Madre Teresa expresó cuánto importa gozar del paisaje así: " No importa no tener sino media sardina si tenemos delante un hermoso panorama".(1)
Era notoria su afición al campo. Dice: "Aprovechábame a mí también ver campo u agua, flores. En estas cosas hallaba yo memoria del Criador, digo que me despertaban y recogían y servían de libro" (2)
Sus compañeros de camino dan fe de la propensión que tenía a embeberse en el paisaje, olvidándose de todo. Así en el viaje a Sevilla, salida de Beas, dice María de San José: "Aquel primer día llegamos a la siesta
en una hermosa floresta, de donde apenas podíamos sacar a nuestra santa Madre; porque con la diversidad de flores y canto de mil pajarillos, toda se deshacía en alabanzas de Dios" (3)
(1) Otilio, I. c.13
(2) Vida, 9,5
(3) Libro de Recreaciones, 9. Tiempo y Vida II, 394
Que tierno! qué gran santa de Dios!!!
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