Cuenta la leyenda que en cierta ocasión se le apareció a Sta. Teresa de Jesús el Niño Jesús en la celda, al tiempo que tañía la campana para un acto de comunidad, y que la Santa, sin más, dejó al Niño plantado y ella se fue.
Parte esta leyenda de que las apariciones eran localistas, cuando en verdad son en el alma y a cualquier tiempo y doquier. Mas con esto se pondera la gran estima que la Santa de la obediencia y que para ella era más cierta la voz de la obediencia que la voz interior, por cierta que fuese. La Santa menciona a una negra devota que ponía ante todo el comulgar; y apostilla: "Comulgaba cada día y no tenía confesor particular, sino una vez iba a una iglesia a comulgar, otra a otra. Yo notaba esto, y quisiera más verla obedecer a una persona que no tanta comunión." (1) Y dio este aviso general: "Para ir mereciendo más y más, la seguridad que podemos tener es la obediencia y no torcer la ley de Dios". "Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y que si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio , no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella; esta es la verdadera unión con su voluntad". (2)
(1) Fundaciones 6,18
(2) Moradas 3, 1 y 11
La Herencia Teresiana
Fr. Efrén J. M. Montalva
Qué gran verdad. Muchos creyentes, y yo el primero le hemos dado muchas veces más importancia al comulgar que a una obra de caridad. "Misericordia quiero no sacrificios".
ResponderEliminarY lo peor de todo, que por miedo anosotros mismos, al pecado, anuestra vergüenza, a decirle al sacerdote que caemos tantas veces, preferimos bilar de un confesor a otro haciéndonos flaco favor a nuestra alma. La dirección espiritual es un don dado por el mismo Dios que debemos saber aprovechar.
Que Dios las bendiga hermanas!