jueves, 30 de agosto de 2012
viernes, 24 de agosto de 2012
TERESA, de su Casa a su amado San José de Ávila
La imagen de Santa Teresa de Jesús es llevada en andas hasta el Monasterio San José de Ávila para celebrar el 450 aniversario de la fundación del mismo.
jueves, 23 de agosto de 2012
La fundación de San José de Ávila :: 24 de agosto de 1562
Por Claudia Morales Cueto y Enrique Castro Yurrita
Ver :: El primer Carmelo Descalzo
En el libro de las Fundaciones santa Teresa no explica cómo nació el primer Carmelo reformado, San José de Ávila, en 1562, pues ya lo ha narrado en los capítulos 32 al 36 del libro de la Vida. En ellos cuenta con intensidad cómo nació en su interior la pasión por entregarse a Cristo con más lucidez y mayor decisión. Teresa desea actuar desde las entrañas, desde el corazón, desde lo más vital de sí misma. Esta pasión cambiará el rumbo de la historia, de las personas, las comunidades. Teresa sentía con fuerza la necesidad de vivir la contemplación en un clima de igualdad, libertad y pobreza. Deseaba que todas sirvieran al Señor con suavidad, alegría, creatividad y libertad interior, que eran las bases de esta reforma. La austeridad era un instrumento al servicio de la libertad y la suavidad[1].
El deseo de vivir su consagración a Dios con mayor perfección, encontró eco en un pequeño grupo visionario de parientas y amigas que estaban reunidas una tarde con ella y juntas comenzaron a soñar cómo sería una pequeña comunidad en la que todas se habrían de amar y tratar como hermanas, que tuviera la oración como principal trabajo y el contentar a Dios como la pasión de su vida. Pero hacer realidad este sueño tuvo numerosos impedimentos. En las Fundaciones (1,1) sólo menciona lo que ya es un hecho: cuando comienza a gestarse la difusión del carisma teresiano, San José de Ávila tiene ya cinco años de establecido y estos han sido los años más descansados de su vida.
Después de haber imaginado este nuevo monasterio, un día después de comulgar santa Teresa recibe la gracia de entender que Dios lo desea.
"Mandóme mucho lo procurase con todas mis fuerzas... y que se llamase San José, que a la una puerta nos guardaría él y nuestra Señora la otra y que Cristo siempre andaría con nosotras, y que sería una estrella que diese de sí gran resplandor..." (V32,11).
Pero que Dios lo quiera no significa que tendrá el camino allanado: "Yo sentí grandísima pena, porque en parte se me representaron los grandes desasosiegos y trabajos que me habría de costar, y como estaba contentísima en aquella casa ... Más fueron muchas veces que el Señor me tornó a hablar en ello, poniéndome delante las causas y razones que yo veía ser claras y que era su voluntad, que ya no osé hacer otra cosa sino decirlo a mi confesor, y dile por escrito lo que pasaba" (V32,12).
Teresa cuenta con los medios de Dios: los grandes deseos que el Señor ha puesto en su corazón, sus buenos amigas y amigos, personas de oración y discernimiento. Cuenta con la pobreza material, señal inequívoca de que la obra es de Dios. No tiene recursos económicos para poner en marcha la fundación, ni es libre para ello. Como mujer está sujeta a la autoridad masculina. Como religiosa, esta autoridad la ejercen su confesor y su prelado. El confesor al que se dirige santa Teresa es el P. Baltazar Álvarez, quien de manera humanamente realista piensa que es poco probable que esta empresa se logre, ya que Doña Guiomar de Ulloa, la amiga viuda de Teresa, dispuesta a ayudarla, tiene recursos limitados, por lo que dice a Teresa que trate este asunto con su prelado, es decir con el Provincial, Fr. Ángel de Salazar. Es Doña Guiomar quien se acerca al Provincial para tratar acerca de la fundación del nuevo monasterio y acuerda con él la renta que sería necesaria, así como que sólo habría 13 monjas. El P. Salazar da su autorización en un primer momento. Santa Teresa y Doña Guiomar escriben también a san Pedro de Alcántara, quien había llevado a cabo la reforma de los franciscanos, y reciben ánimo y buenos consejos.
Sin embargo, en cuanto se comenzó a saber por Ávila este intento de fundación, comenzaron las dificultades: "la gran persecución que vino sobre nosotras, los dichos, las risas, el decir que era disparate..." (V32,14). Para Teresa, a quien siempre le había preocupado su buena imagen, estas murmuraciones y burlas se convierten en una purificación que la llevan a liberarse completamente del deseo de agradar a la sociedad, motivada por el deseo de agradar a Dios y animada porque Él le había dicho "que entrase como pudiese, que después vería yo lo que su Majestad hacía" (V32,18). El Señor la confirma en esta determinación de fundar, como ella lo narra en las Relaciones 19: "Mientras se vive, no está la ganancia en procurar gozarme más, sino en hacer mi voluntad”. Las dificultades aumentan, cuando el Provincial retira su permiso, ya que él pensaba en una nueva comunidad no reformada. Teresa confía en que nadie puede “atarle las manos” a Dios (Rel. 19), y con la certeza que le da el deseo de hacer la voluntad del Señor, decide junto con Doña Guiomar pedir el permiso o licencia a Roma y fundar el monasterio bajo la autoridad del obispo, Don Álvaro de Mendoza. Serán dos años de dificultades e impedimentos, que santa Teresa sortea apoyada tanto en su confianza en Dios, como en su determinación, ingenio, flexibilidad en la búsqueda de soluciones e inteligencia social, para así superar cada uno de los obstáculos que surgirán para la erección de este pequeño monasterio contemplativo.
"Pues todo concertado, fue el Señor servido que, día de san Bartolomé, tomaron hábito algunas y se puso el santísimo Sacramento. Con toda autoridad y fuerza quedo hecho nuestro monasterio del gloriosísimo padre nuestro San José, año de mil quinientos y sesenta y dos" (V 36,5).
Conmover :: Teresa de Jesús, una mujer apasionadamente valiente
Como dice en una poesía de san Juan de la Cruz, “Sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía”, la Madre Teresa se deja conducir dócilmente por esta Luz, íntima y resplandeciente que lleva por el camino del Evangelio. Animada por el deseo de cumplir sus votos con mayor perfección y el deseo de agradar en todo a Dios, Teresa va descubriendo poco a poco su misión como fundadora, el sentido de su vida como comunicadora de las bondades de la oración como sustento para la vida evangélica. La claridad de metas le ayudará, a no salir del camino y a enfocar íntegramente sus recursos personales y sociales para lograrlo, especialmente cuando todos aparentemente estén en contra de su reforma: el Provincial, las monjas de la Encarnación -quienes se sentían ofendidas por el deseo de perfección de Teresa-, las autoridades civiles porque no querían tener que mantener un convento pobre y quienes después quieren deshacer el monasterio porque argumentan que afecta las fuentes de agua de la ciudad. Esta oposición del ayuntamiento dura alrededor de seis meses y la santa tiene que acudir por medio de sus amigos, especialmente "el caballero santo", Francisco de Salcedo, a la Corte, en Madrid, para buscar apoyo frente al Concejo de la ciudad de Ávila.
La pasión y valentía de Teresa brotan de la contemplación, del diálogo, del discernimiento en la oración, del sentido común acorde con el Evangelio. Ser valiente no quiere decir actuar de manera impulsiva o tener conductas temerarias o provocativas, sino enfrentar voluntariamente, quizás con miedo, una circunstancia peligrosa, para obtener algún bien para el individuo o la comunidad.
- Es una acción voluntaria. Nos dice santa Teresa que ella "Pensaba qué podría hacer por Dios... " (V 32, 9). La fundación surge de su deseo de corresponder en algo a quien tanto le ha dado.
- Incluye valorar los riesgos y las consecuencias de la acción. Teresa se da cuenta que para optar por este nuevo estilo de vida tiene que renunciar a la comodidad y contento que tenía en su celda de la Encarnación. También tiene que renunciar a su deseo de agradar a las personas, pues muchos no comprenden su nueva misión; renunciar a su buena imagen, aceptar que estará en boca de todos lo que ella haga y la criticarán, se burlarán y dirán que ha perdido la razón o se siente superior. Al sopesar las circunstancias y los recursos se da cuenta que no tiene el dinero que se necesita, que requiere de las licencias eclesiásticas y que fundar fuera de la Orden le traerá problemas, pero lo que no se imagina es la gran contradicción que vendrá de las autoridades civiles.
- La persona valiente no es la que no tiene miedo, sino la que sabe enfrentarse al miedo y a sus sombras. Teresa de Jesús toma riesgos sociales (ser criticada, ser "malquista" en su comunidad, ser condenada con muchos “dichos” por las autoridades eclesiásticas y civiles) y riesgos económicos por algo que le dicta su conciencia y que ella considera que es la voluntad de Dios: la fundación del monasterio de San José de Ávila. Librará numerosas batallas, tanto interiores como exteriores. No mostrará una valentía física, pero sí una valentía moral. Sus acciones no son ofensivas, pero tendrá que ejercer una defensa activa de sus ideales, de manera personal o apoyada en sus redes sociales: su familia -su hermana Juana y su cuñado Juan de Ovalle, su hermano Lorenzo- y de sus amigos y aliados: Doña Guiomar, Francisco de Salcedo, san Pedro de Alcántara, Don Álvaro de Mendoza, el P. Domingo Báñez y el P. Gaspar Daza. No se muestra nunca agresiva, pero muestra una fuerte resistencia, animada por la confianza en Dios, apoyada en su determinación y en el "entra como pudieres" (V32,18) que escucha de Dios.
Orar :: El ánimo viene de Dios
Te invitamos a llevar un cuaderno de vida, en el que podrás anotar tus reflexiones, escribir tu oración y darte cuenta cómo ésta ilumina tu vida.
Medita a la luz de DIos estos fragmentos de la Relación Espiritual 34, en la que santa Teresa narra su estado interior cuando comienzan las fundaciones:
“ Si no me hubiera nuestro Señor hecho las mercedes que me ha hecho, no me parece tuviera ánimo para las obras que se han hecho ni fuerzas para los trabajos que se han padecido y contradicciones y juicios”
“Se me quitaron los temores que antes traía de pensar ser engañada, y se me puso como certidumbre que era Dios, y con esto me arrojaba a cosas más dificultosas, aunque siempre con consejo y obediencia”.
Hacer :: Ánimo y valentía
- ¿ Qué ha hecho el Señor por ti?
- ¿ De dónde sacas fuerza para los trabajos de la vida cotidiana?
- ¿Cuál es la pasión de tu vida? ¿Hacia dónde te conduce?
- ¿Qué necesitas para ser libre y vivir con pasión toda tu vida?
- ¿Cómo ejercitas la valentía?
Oración final
"Señor, esta casa no es mía; por Vos se ha hecho; ahora que no hay nadie que negocie, hágalo Vuestra Majestad". (V36,17)
[1] ÁLVAREZ, Tomás. El ideal religioso de Santa Teresa de Jesús y el drama de su segundo biógrafo. Editorial Monte Carmelo. Burgos, 1978. págs. 203-308.
lunes, 20 de agosto de 2012
De su Casa Natal a su primer "Palomarcico", San José de Ávila
El tañer de la pequeña campana situada junto a la fachada del Convento de San José de Ávila ha recibido hoy con júbilo la imagen de Santa Teresa de Jesús, que permanecerá en el interior de su iglesia hasta el próximo 24 de agosto, día en el que se cumplen 450 años de la fundación de la Casa Madre de la reforma del Carmelo emprendida por la mística abulense.
Entre los actos organizados para conmemorar esta efeméride figura el traslado de la imagen de la patrona de Ávila y doctora de la Iglesia desde su Casa Natal, ubicada en el convento de La Santa, hasta San José, donde puso en marcha la reforma del Carmelo a partir de su primer "palomarcico", como ella llamaba a sus fundaciones.
Como aquella primera vez el 24 de agosto de 1562, hoy ha vuelto a repicar la campanita que anunció hace 450 años la consagración del convento de San José, donde actualmente están consagradas a la oración y a la vida contemplativa diecinueve hermanas.
Algunas de ellas se han apostado tras la verja de una pequeña ventana que da al exterior del convento de San José para asistir a un acontecimiento histórico, ya que la imagen de Santa Teresa de Jesús sólo ha realizado este mismo trayecto en tres ocasiones, según ha comentado el andero mayor, Félix García Nieto.
Junto a él, otros 39 hombres han portado en algún momento del recorrido la imagen realizada por Gregorio Fernández, situada habitualmente en la habitación, ahora capilla barroca, en la que nació Santa Teresa de Jesús.
Tras una misa presidida por el prior de La Santa, Francisco Brändle, ha comenzado la procesión que ha conducido esta imagen tan venerada por las calles más céntricas de la ciudad, entre la admiración y los aplausos del público.
Lo mismo ha sucedido al llegar al Convento de San José, donde además de las hermanas que mantienen viva la semilla plantada en el cenobio por la mística, también la esperaban decenas de personas que han recibido entre ovaciones y vítores a la patrona de la ciudad.
Pocos minutos antes de las 14.00 horas ha llegado la comitiva ante el convento, donde los integrantes del grupo La Fuentebuena, de Hernansancho (Ávila), han bailado ante la imagen varias jotas castellanas, gracias al acompañamiento de la típica dulzaina abulense.
Después de tres jotas, la imagen ha sido introducida con sumo cuidado en el interior de la iglesia de San José, dadas las pequeñas dimensiones de la puerta principal, entre vivas del público congregado a las puertas y, nuevamente, el tañer de la campana.
Ya en el interior, Santa Teresa ha sido colocada junto al altar mayor, donde permanecerá hasta el próximo 24 de agosto a las 20.00 horas, momento en el que de nuevo será trasladada a su Casa Natal, tras la misa oficiada por el cardenal Antonio Cañizares.
Una vez situada la imagen en la iglesia del convento, el prior de los carmelitas de La Santa se ha felicitado de que Ávila quiera "honrar hoy a su patrona", llevándola "al lugar que ella escogió para vivir los valores descubiertos en su fe cristiana y en su vida".
Entre vivas a San José, a Santa Teresa y a Jesús de Teresa, ha finalizado uno de los últimos actos del 450 aniversario de la primera fundación de la mítica, motivo por el cual el Papa Benedicto XVI ha concedido a Ávila su primer jubileo.
Tomado de ABC.es
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