viernes, 4 de febrero de 2011

¡MONJA MAL TOCADA...!

Viendo la Santa que una novicia vestía con desaliño y se tocaba descuidadamente, la riñó diciendo: "¡Monja mal tocada, mujer mal casada!

En la ideología teresiana las monjas eran en verdad esposas de Cristo, y en unas coplas le da el nombre de marido:
"Oh, dichosa zagala
que se ha dado a tal zagal
que reina y que ha de reinar. 
Venturosa fue su suerte,
pues mereció tal esposo;
ya yo, Gil, estoy medroso,
no la osaré más mirar,
pues ha tomado marido
que reina y ha de reinar."

El velo es un sacramental de respeto y un signo de consagración a Dios. Había que llevarlo de forma que no fuese signo de vanidad; por otra parte, tan dignamente que diese conciencia del significado místico de consagración al Esposo.  El cronista dice que cuando lo trazó deseaba mucho "que fuese decente, honesto y descuidado; y encomendándolo a Dios se fue a comulgar. Habiéndola allí instruido nuestro Señor de como lo había de trazar, pidió una sábana de lienzo grueso de la ropería, y deshaciéndola cortó un tocado de la suerte que hoy usan sus hijas, sin curiosidad alguna y tan fácil de poner, que con solos dos alfileres se acomodan." (1)
Del cuidado que del tocado tenía y exigía hay memoria en el convento de Consuegra: "A una religiosa de las que fueron a fundar aquella santa casa, le cosió nuestra Madre el velo con la toca, porque no se tocaba bien y la dijo que las monjas mal tocadas parecen mujeres mal casadas." (2)
El aliño de la persona era, a su juicio, señal de su dignidad. 

(1) Francisco de Santa María, Reforma de Descalzos, 1. 1, c 32, pp 194-5
(2) Memorias Historiales, R. n. 415
La Herencia Teresiana.
Fr. Efrén J. M. Montalva

ALBA DE TORMES



de Amigos de Teresa