martes, 11 de marzo de 2014

The Dark Night of the Soul

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En una noche oscura, 
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh dichosa ventura!
a oscuras y en celada
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guiaba
más cierta que la luz del mediodía, 
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con Amada,
amada en el Amado transformada!

En mi echo florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
en ventalle de cedros que aire daba.

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

Quedeme y olvideme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.


Este hermoso poema de San Juan de la Cruz, que nos habla del alma que busca la perfección que sólo hallará al fin en Dios, cuando se encuentre totalmente despojada de sí y formando parte del Amado, ha sido bellamente musicalizado por Lorena Mckennitt, siendo dicha música el marco perfecto para el escrito del Santo de los poetas y Poeta de los santos.

Les invito a escuchar.

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