domingo, 9 de mayo de 2010

SAN JOSÉ DE ÁVILA (II)

La Santa encontró en su amiga íntima Doña Guiomar de Ulloa su gran colaboradora. Ella ayudaría económicamente lo que pudiera (que de hecho no fue mucho). Y sería la que la protegiese oficialmente con su nombre, y el de su madre Doña Aldonza de Guzmán, los trámites de la fundación. Ellas han preguntado sobre el asunto al P. Pedro Ibañez O:P:, gran letrado, y este las ha animado a llevar adelante el proceso del mismo. Más adelante aconsejará en el mismo sentido aquel profeta de Dios que se llamó San Pedro de Alcántara O. Fr. Se recurrió a Roma pidiendo la autorización necesaria. 
Mientras tanto Teresa compró unas casas del clérigo Valvedillo, en el barrio de San Roque, con otro par de ellas colindantes, y las fue "labrando" para adaptarlas a convento. Todo pobre y pequeño. 
Su hermana, doña Juana de Ahumada y su esposo Don Juan Ovalle con sus hijos vinieron a ocuparlas para disimular mejor lo que en ellas se estaba preparando. 
Después de muchos dares y tomares el día 7 de febrero de 1562, se despachó en Roma el rescrito o breve apostólico que autorizaba la fundación, que había de estar bajo la jurisdicción del obispo diocesano. El documento llegó a Ávila en julio. Había que ultimar deprisa todo. Y antes que nada convencer al obispo para que quisiera admitir la fundación.  Todos los amigos de la Santa se pusieron en movimiento, fray Pedro de Alcántara el primero.  Pero fue una entrevista personal de Teresa con D. Álvaro de Mendoza la que consiguió la anhelada aceptación episcopal.


Continuará
Primera fundación de Teresa de Jesús


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