miércoles, 2 de diciembre de 2009

Exclamaciones


¡Oh, Jesús mío! cuán grande es el amor que tenéis a los hijos de los hombres, que el mayor servicio que se os puede hacer, es dejaros a Vos por su amor y ganancia, y entonces sois poseído más enteramente; porque, aunque no se satisface tanto en gozar la voluntad, el alma se goza de que os contenta a Vos, y ve que los gozos de la tierra son inciertos, aunque parezcan dados de Vos, mientras vivimos en esta mortalidad, si no van acompañados con el amor del prójimo. Quien no le amare, no os ama, Señor mío; pues con tanta sangre vemos mostrado el amor tan grande que tenéis a los hijos de Adán.


Exclamaciones del alma a Dios II, 2

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