martes, 25 de enero de 2011

25 de Enero - Aniversario de la Fundación en Alba de Tormes

"Púsose el Santísimo Sacramento y hízose la fundación día de la conversión de San Pablo, año de 1571"


Teresa de Jesús, F 20,14



Hace 440 años de la FUNDACIÓN DE ALBA DE TORMES, estuvieron presentes en esa fecha memorable, TERESA DE JESÚS y JUAN DE LA CRUZ.

lunes, 17 de enero de 2011

EL CONTEMPLATIVO

En todas las religiones ha habido contemplativos; incluso en el mismo ateismo han surgido hombres y mujeres que pueden ser considerados contemplativos y lo son. Pero no nos vamos a detener ahora en el hombre contemplativo en general, sino en el contemplativo cristiano.
Lo primero que hay que aclarar es que no debemos confundir contemplativo con hombre de oración. Todo contemplativo es hombre de oración, pero no todo hombre de oración es contemplativo.
El contemplativo cristiano es aquel que está convencido que por sus propias fuerzas no puede ver a Dios. No porque Éste esté lejos, ni se oculte. El contemplativo sabe que no puede ver a Dios, porque Dios es tan infinitamente real que nuestra capacidad humana, no es capaz de captarlo en todo lo Dios que es.


Por eso el contemplativo cristiano vuelve sus sentidos y toda su capacidad de conocimiento hacia la revelación. Nosotros no tenemos órganos para captar a Dios, pero en la Revelación, que Dios hizo en la carne para que la pudiéramos captar con nuestros sentidos, el contemplativo va captando el misterio de Dios, a veces con grandes errores y horrores.

La Biblia, revelación de Dios, no es algo ajeno al hombre mismo y mucho menos al hombre contemplativo. La Biblia pone en palabras humanas, aquello que Dios ha puesto dentro de cada uno, pero que nosotros por sí solos no alcanzaríamos a descubrir. Como muy bien dice Torres Queiruga “la Biblia y nuestro corazón dicen la misma cosa, por eso es revelación” pero “nos cuesta mucho captar este misterio de Dios porque Dios es infinito, y nosotros somos finitos”.

Por eso el contemplativo no sabe qué es Dios ni tan siquiera quién es. El contemplativo se lanza a la búsqueda, una búsqueda unas veces desesperada, otras sosegada. Y cada encuentro que se produce con Aquel que es por encima de todo buscado, le deja en el alma una herida que se va haciendo cada vez más grande y que nunca será curada en la tierra. Porque el hombre para ver a Dios tiene que morir, y el contemplativo una y otra vez pide a Dios, le deje ver su rostro, aunque para esto tenga que perder la vida….

(Escrito por El Hermano)


Santo Desierto de San José de las Batuecas
Monasterio de los PP. Carmelitas Descalzos

domingo, 2 de enero de 2011

POR AMOR, Camino de Perfección 4,7

Santa Teresa de Jesús nos enseña a amar a la manera de Jesús


Gracias Fray Antioco !!! (Amigos de Teresa)
Canta José Luis Perales