sábado, 22 de mayo de 2010

TERESA Y EL ESPÍRITU SANTO


Como las sequedades de espíritu le hacían repugnante la oración y el enemigo del alma le aconsejaba que dejara de rezar y de meditar porque todo eso le producía aburrimiento, su confesor le avisó que dejar de rezar y de meditar sería entregarse incondicionalmente al poder de Satanás y un padre jesuita le recomendó que para orar con más amor y fervor eligiera como "maestro de oración" al Espíritu Santo y que rezara cada día el Himno "Ven Creador Espíritu".

Ella dirá después: "El Espíritu Santo como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas".

martes, 18 de mayo de 2010

TERESA DE JESÚS, SANTA HUMANÍSIMA Y ACOMPASADA

En las leyendas aparece igualmente el lado humano de la Santa en equilibrio con el divino. La sensatez y conciencia del peligro, el humor y la ironía, salsa de  la convivencia, la risa a flor de labio y la comprensión de las flaquezas humanas, dan unas dimensiones maternales de primera magnitud a aquella mujer, "más divina cuanto mas humana, y mas humana cuanto más divina".

Hablando la Santa de las ocasiones, que hacen malo al que parecía totalmente bueno, dicen que solía cerrar así:  "Porque, hijas mías, entre santa y santo, pared de cal y canto."

Esta joya de nuestro refranero ha sido atribuida a Santa Teresa, y para ella era uno de tantos estribillos tomados al acaso, pero que condensaban su doctrina de forma inolvidable.
La leyenda cuenta que en cierta venta, tan estrecha como todas, trataron de aposentar a la Madre y a sus acompañantes, y alguien indicó que, pues el viejo P. Antonio era tenido por santo en la región, bien podría ocupar la misma habitación de las monjas, partida por una manta.  Diz que la santa en oyendo el arreglo se asomó y aconsejó así: "Sabed, hermano, que dentro de la venta y fuera de ella, entre santa y santo, pared de cal y canto".
Hay textos de la Santa que parecen confirmar sus recelos en el trato de hombre y mujeres. Ella había perdido el miedo a los hombres, y entre ellos encontró siempre a los mejores amigos y a los seres más queridos, sin que ello desdorase su integridad. Sin embargo, como pedagoga, se sitúa en el tiempo y en el espacio donde vive. Y hay que confesar que era una sociedad tan pícara que por milagro no había siempre fisuras sexuales aun en los conventos. Y en aquel ambiente la Santa tenía que tomar precauciones, pues aun de ella se decía que en cada mesón tenía su partido. ¡Qué cosas no se decían entonces, en aquella sociedad reprimida!

La Herencia Teresiana
Fr.Efrén J. M. Montalva

miércoles, 12 de mayo de 2010

SAN JOSÉ DE ÁVILA (III)

"Todo concertado, fue el Señor servido que día de San Bartolomé (24 de agosto), tomaron el hábito algunas y se puso el Santísimo Sacramento, y con toda autoridad y fuerza quedó hecho nuestro monasterio de el gloriosísimo padre nuestro San Josef, año de mil y quinientos y sesenta y dos."  
En nombre del obispo actuó el maestro Gaspar Daza. Y las cuatro primeras descalzas fueron:

Úrsula de los Santos
Antonia del Espíritu Santo
María de la Cruz   y
María de San José

La campanita, pequeña y rota, que había mercado la Santa, tocó alborozada, y su alborozo contagió de momento a los avileses. Pero pronto el mar se alborotó. Parecía la carga de un nuevo monasterio pobre iba a ser incomportable para la ciudad, y se asentó en todos o casi todos que convenía deshacerle. 
Hubo juntas magnas de las fuerzas vivas, hubo hasta comunicaciones efectivas y amenazadoras para que se cerrara.
A todo esto Teresa había sido llamada a la Encarnación el día mismo de la inauguración. Pero ella desde allí, ayudada por algunos amigos, y las cuatro novicias sostenidas por ellos y por Dios, resistieron impávidas. San José triunfó. Porque el pleito fue a Madrid al Consejo Real. Y se terminó por dejar morir, ya que la calma se fue haciendo en torno al conventito, y hasta este acabó viéndose envuelto en el cariño de todos.
Pronto Teresa Pudo volver a él. Para pasar allí los cinco mejores años de su vida, en el recogimiento, en la paz, formando a sus hijas, escribiendo sus obras: Autobiografía, Camino de Perfección, Exclamaciones, Meditaciones sobre los Cantares, Constituciones, Cartas, La última parte de las Moradas...
En aquel poyato de pobres ladrillos rojos de su celda, sentada en el suelo sobre un corcho, a la luz de un humilde velón o de un candil, por las noches..., se fueron escribiendo allí esas maravillas.
Más adelante, en noviembre de 1577, también se terminará aquí el Castillo Interior o Las Moradas, la obra cumbre de Teresa y de la mística descriptiva universal.
El aire de San José está cargado de perfume divino, del calor del fuego del Amor invisible, pero que ha dejado sus huellas carismáticas que son las obras de Teresa, inmortales, sublimes...


"Hágame el placer hija, que al punto que me viese algo aliviada me busque alguna carroza de las comunes y me levante y vamos a Ávila.." decía a su querida enfermera y secretaria Ana de San Bartolomé. Pero no lo quiso el Señor. Y la Santa murió el Alba y allí quedó su cuerpo. Pero el Espíritu de Teresa estará siempre, porque esa hoguera espiritual del Carmelo Teresiano, que aquí comenzara, no se extinguirá jamás...


Y quedan ellas, todas las Carmelitas Descalzas por el mundo, miles y mieles de palomas, que originaria e inicialmente, todas partieron de éste primer Palomar de la Virgen. Ellas son las reliquia viviente de la Madre, Ella vive en ellas. Con su mismo espíritu de amor, de oración, de entrega apostólica, con su alegría pura y luminosa. 


Primera Fundación de Teresa de Jesús
Monjas Carmelitas de San José - Ávila  

domingo, 9 de mayo de 2010

SAN JOSÉ DE ÁVILA (II)

La Santa encontró en su amiga íntima Doña Guiomar de Ulloa su gran colaboradora. Ella ayudaría económicamente lo que pudiera (que de hecho no fue mucho). Y sería la que la protegiese oficialmente con su nombre, y el de su madre Doña Aldonza de Guzmán, los trámites de la fundación. Ellas han preguntado sobre el asunto al P. Pedro Ibañez O:P:, gran letrado, y este las ha animado a llevar adelante el proceso del mismo. Más adelante aconsejará en el mismo sentido aquel profeta de Dios que se llamó San Pedro de Alcántara O. Fr. Se recurrió a Roma pidiendo la autorización necesaria. 
Mientras tanto Teresa compró unas casas del clérigo Valvedillo, en el barrio de San Roque, con otro par de ellas colindantes, y las fue "labrando" para adaptarlas a convento. Todo pobre y pequeño. 
Su hermana, doña Juana de Ahumada y su esposo Don Juan Ovalle con sus hijos vinieron a ocuparlas para disimular mejor lo que en ellas se estaba preparando. 
Después de muchos dares y tomares el día 7 de febrero de 1562, se despachó en Roma el rescrito o breve apostólico que autorizaba la fundación, que había de estar bajo la jurisdicción del obispo diocesano. El documento llegó a Ávila en julio. Había que ultimar deprisa todo. Y antes que nada convencer al obispo para que quisiera admitir la fundación.  Todos los amigos de la Santa se pusieron en movimiento, fray Pedro de Alcántara el primero.  Pero fue una entrevista personal de Teresa con D. Álvaro de Mendoza la que consiguió la anhelada aceptación episcopal.


Continuará
Primera fundación de Teresa de Jesús


jueves, 6 de mayo de 2010

SAN JOSÉ DE ÁVILA

Un pavimento de guijarros. Una ausencia total de adornos extraños. Un cielo rabiosa,ente azul, inmaterial. El aire en silencio...
San José, es el primer Carmelo Teresiano, el primer "Palomarcito de la Virgen", que la manos virginales de Teresa levantaron, espiritual y materialmente. Desde finales de a560 preparó la fundación.
Fue una tarde otoñal, en la celda de Teresa en la Encarnación de Ávila, cuando tuvo lugar una conversación histórica entre ella y otras monjas y doncellas de piso del convento: ¡Por qué no hacer un monasterio carmelita al estilo de las franciscanas clarisas descalzas? En el alma de Teresa se ha encendido una llama, cuyo fuego estaba encendido hacía tiempo ya en su corazón: vivir su vocación carmelitana con toda la perfección posible, guardando la regla primitiva sin mitigaciones, en recogimiento, en silencio, en contemplación. Para ello juntarse unas poquitas nada más( 13 al principio, luego amplió hasta 20). Porque " muchas mujeres juntas, ¡Dios nos libre!".
La voz misteriosa que hablaba a su espíritu le dijo que sí, que lo realizace.
Y se lanzó a la empresa, sin medios humanos, pero con confianza mucha en el Señor. El provincial de la Orden le dio permiso para ello. Pero  en cuanto se comenzó a rumorear por el convento y por la ciudad lo que se tramaba, se levantó una oleada de contradicción. Era natural.
La Santa...

continuará
Primera fundación de Santa Teresa de Jesús